Un sistema de suspensión que funcione bien es fundamental para la retención del vehículo, el confort de marcha y una conducción eficiente.
¿Cuánto dura la suspensión?
Aunque el sistema de suspensión de su vehículo no está diseñado para durar eternamente, debería durar hasta 50.000 km con un mantenimiento adecuado.
Sin embargo, podría fallar antes dependiendo de lo bien que lo mantenga junto con otros sistemas del vehículo, su estilo de conducción y el tipo de terreno por el que circula habitualmente. A continuación se indican las principales causas de daños en la suspensión.
Las principales causas de daños en la suspensión son
Mantenimiento deficiente del sistema de suspensión. Muchas personas descuidan el mantenimiento de la suspensión.
Verás que tu coche tiene las mismas piezas del sistema de suspensión incluso después de decenas de miles de kilómetros.
Lo ideal es sustituir los amortiguadores, puntales, bujes, airbags, etc. por otros nuevos cada 30.000-50.000 kilómetros.
Es aconsejable inspeccionar o hacer que su mecánico inspeccione el sistema de suspensión en cada cambio de aceite y sustituir las piezas que muestren signos de desgaste.
Pida a su mecánico que compruebe el líquido de la dirección o la correa si su vehículo tiene dirección asistida hidráulica. Puede que sea necesario rellenar o sustituir el líquido y tensar la correa.
Desgaste del sistema de suspensión
Las piezas de un vehículo no están diseñadas para durar eternamente. Con el tiempo se «desgastan» por el uso y la exposición constantes. En general, las aleaciones metálicas utilizadas en la fabricación del sistema de suspensión son elásticas, lo que les permite soportar los golpes.
Sin embargo, con el tiempo pierden su resistencia elástica a causa de la flexión, los impactos de rocas, piedras y escombros o las reacciones químicas. La pérdida de integridad reduce la eficacia del sistema de suspensión.
Por lo tanto, su sistema de suspensión está inevitablemente sujeto a desgaste. Se compone de muchas piezas y requiere una inspección periódica y su reparación o sustitución. Algunas de las piezas más susceptibles de desgaste son los muelles, los amortiguadores, las palancas, los casquillos, los cojinetes, las juntas, etc.
Sal y humedad
Si vives en una región considerada como un cinturón de sal, las piezas metálicas de tu sistema de suspensión son susceptibles de oxidarse. Las autoridades locales suelen rociar sal en las carreteras cubiertas de nieve para limpiarlas de hielo y hacer que las carreteras sean más seguras en invierno. La sal y el hielo derretido provocan la oxidación de las piezas metálicas de los bajos del coche.
Aunque la mayoría de los componentes metálicos están recubiertos para evitar la oxidación, si el recubrimiento se rompe, el agua se filtrará y provocará óxido. Del mismo modo, si vives en zonas con mucha humedad, la humedad predispondrá a la oxidación de las piezas metálicas del sistema de suspensión.
Exposición excesiva a los rayos UV
Las articulaciones del sistema de suspensión tienen rótulas o bujes de goma. Si su vehículo tiene casquillos de goma, son susceptibles de sufrir daños por la exposición prolongada a los rayos UV y a la luz solar. Los rayos UV hacen que la goma se deteriore y pierda elasticidad, provocando su deterioro.
La goma también puede dañarse por la abrasión de los componentes metálicos del sistema de suspensión con los que está en contacto, o por la acumulación de residuos en las juntas.
Neumáticos desgastados
El desgaste de los neumáticos puede deberse a daños en la suspensión. Por otra parte, los neumáticos desgastados pueden dañar la suspensión. Los neumáticos desgastados provocan una desalineación que somete al sistema de suspensión a un esfuerzo excesivo al frenar, acelerar o tomar curvas. Además, si los neumáticos están en buen estado, absorben parte del impacto, protegiendo el sistema de suspensión de golpes excesivos.
Por lo tanto, compruebe regularmente el desgaste de los neumáticos. Asegúrese de que la profundidad del dibujo está dentro del rango recomendado. Debe ser de 6/32″ o más. Si es de 4/32″ o menos, considere sustituir los neumáticos por unos nuevos. Compruebe también si el desgaste es irregular, ya que podría indicar que las ruedas están desalineadas.
Conclusión
Aunque muchos coches vendidos en el país tienen una suspensión reforzada, ésta no siempre tiene el efecto esperado. El estado de la carretera es a menudo tal que ni el aumento de la distancia al suelo, ni los muelles con mayor elasticidad pueden salvarlo. Y si el coche es conducido en tales carreteras por una persona con estilo agresivo de conducción, los frecuentes problemas con el tren de rodaje son seguros.
Las piezas de dudosa procedencia y la baja cualificación de los mecánicos, que realizan el servicio y la reparación, no aumentarán la fiabilidad de la suspensión de su coche.
La conclusión es simple: si quiere tener el menor número posible de problemas con la suspensión, acostúmbrese a un estilo de conducción moderado, evite en lo posible las carreteras en mal estado, realice el mantenimiento y la reparación en centros de servicio fiables y elija las piezas de recambio no tanto por el precio, sino por la calidad.